A menudo “sesei” me decepcionaba con cosas así. A veces parecía darse cuenta y otras veces era como si no se diera cuenta en absoluto. Expuesto una y otra vez a esas ligeras decepciones, me hallaba precisamente en una situación en la que no podía alejarme de “sensei”. Más bien, cada vez que sentía el rechazo, más ganas me daban de seguir adelante. Si avanzaba sin rendirme, creía que en un momento dado todo aquello que había deseado aparecería ante mí. Bien es cierto que yo era joven, pero esa sangre joven no parecía funcionarme con toda la gente igual que con “sensei”. Ni siquiera yo entendía por qué me sentía así únicamente con él. Ahora, después de su muerte, creo que he empezado a comprender todo. No es que “sensei” sintiera aversión hacia mí. Aquellos saludos tan secos y actitudes tan frías no eran en realidad expresiones de rechazo o disgusto para alejarme. Eran formas de advertirme que no merecía la pena acercarse a él porque era una persona sin ningún valor. “Sensei” no reaccionaba al cariño de la gente porque se despreciaba a si mismo y no por menospreciar a los demás
The Dealer
Hace 5 días
3 comentarios:
Me gusta!! Mucho!!!
wow no me he leido el libro aun pero se ve muy bueno
A mi me gusto bastante, pero aviso que es triste
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