Y dijo la libélula...

martes, 19 de febrero de 2013

Tome asiento - Patricia Sánchez Santos


Mi primer mueble en propiedad fueron un par de sofás de IKEA, monísimos, de un amarillo apagado superchic… de dos plazas cada uno… porque el piso era pequeñito y no entraba un tres plazas, ni una chaise long ni nada de eso… a mí me encantaban, eran muy suaves… al final el color era un poco sacrificado y enseguida se veían las manchas, pero oye, nada que una mantita y unos cojines multicolores no pudieran solventar.
Me encantan los colorines… me recuerdan a cuando era pequeña y mi posesión más preciada era una caja de pinturas de alpino, de hecho, siempre llevo alguna en el bolso, no suelo usarla pero cuando revuelvo en busca del monedero o el mechero, si por casualidad me topo con ella recuerdo que aunque el día sea gris mi vida está llena de colores y no puedo evitar sonreír… (pierde la sonrisa) qué tontería, si yo siempre sonrío
 Yo sé que la gente no me cree, hay gente muy desconfiada… pero yo llevo mi pinturita, y es más la voy cambiando de color cada cierto tiempo, para no volverme monocromática, que eso es muy aburrido. A veces escojo el color dependiendo del humor y otras veces ni me lo planteo, como tengo de todos… es que yo le insistí al chino para ver si me vendía una caja que no tuviera ni gris, ni marrón, ni negro, porque esos colores no me identifican, pero el chino insistía en que me tenía que llevar la caja completa. Y mira que me extraña porque oye, los chinos tienen de todo, pero iba con prisa y no tenía tiempo para quitarme las gafas y comprobar realmente lo que el chino ese andaba tramando… MIRA! Aquí está!  Hoy es naranja!

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